sábado, 20 de julio de 2013

¿Eres Ateo?(Que tipo eres)

Existen muchas formas de creer en Dios, ¿pero de cuántas maneras se puede no creer en Dios? Por lo menos seis, según un nuevo estudio. Dos investigadores de la Universidad de Tennessee encontraron que entre los ateos y los agnósticos hay desde activistas antirreligiosos hasta no creyentes que, sin embargo, cumplen con ciertos ritos religiosos.

- “Estas categorías son una primera aproximación al tema”, dice Christopher. – “En 30 años podríamos tener una clasificación de 32 tipos”, agregó.

Ateo / agnóstico intelectual
Este tipo de no-creyente busca información y estimulo intelectual en el ateísmo. Gustan de debatir y discutir, sobre todo en los sitios más populares de Internet donde los ateos son bienvenidos. Por lo general, son versados en libros y artículos sobre la religión y ateísmo. Generalmente saben más acerca de la Biblia que la gran mayoría de creyentes.
Activista.
Esta clase de ateos y agnósticos no se contenta con sólo no creer en Dios, quieren decir al resto porqué se niegan a la religión y por qué piensan que la sociedad sería mucho mejor si todos siguiéramos su ejemplo. Tienden a pronunciarse sobre las causas políticas, tales como derechos de los homosexuales, el feminismo, el medio ambiente y la protección animal. 
Agnóstico Hincha.
Este grupo está compuesto por personas que no están seguros acerca de la existencia o no existencia de un ser supremo, pero tienen una mente abierta y reconocen los límites del conocimiento y la experiencia de la especie humana. Christopher y Thomas describen a este grupo como la gente que suele cuestionar sus propias creencias y que “no tiene una posición ideológica firme“. 
Antiteista.
Este grupo manifiesta su oposición a la religión y las creencias religiosas, a menudo posicionándose como “diametralmente opuestos a la ideología religiosa”, explica Christopher y Thomas. Los antiteístas asocian la religión con ignorancia y creen que cualquier persona o institución asociada con ella es retrógrada o perjudicial para la sociedad. Los antiteístas tienen una comprensión clara de las limitaciones y el peligro que las religiones pueden representar. Lógico que para defender este punto de vista, esta gente es franca, fieles y, en ocasiones beligerante acerca de su posición. Piensan que las evidentes falacias de la religión deben ser abordadas agresivamente.
No teísta.
El grupo más pequeño entre los seis son llamados los no teístas, formados por personas que no están involucradas con cualquier religión o contra la religión. El caso es que el no-teísta simplemente no se relacionan con la religión en sí, es decir, la religión no juega ningún papel o un problema en la conciencia o visión del mundo de esta persona ni tiene ninguna preocupación por el movimiento ateo o agnóstico. 
Ateo ritual.
No creen en Dios, no se involucran con la religión y con frecuencia piensan que hay vida después de la muerte, esta clase de no creyentes se adhiere a las enseñanzas de algunas tradiciones religiosas. Las entienden más como enseñanzas filosóficas sobre cómo vivir y alcanzar la felicidad que como un camino hacia la liberación trascendental. Por ejemplo, estos individuos pueden participar en rituales específicos, ceremonias, oportunidades musicales, meditación, clases de yoga o días festivos tradicionales. Para muchos de estos incrédulos, su participación en estos rituales puede deberse a las tradiciones familiares. Para otros, se trata de una relación personal con el “profundo simbolismo” inherente a los rituales, creencias y ceremonias religiosas, dicen los autores.
Ateo / agnóstico intelectual
Este tipo de no-creyente busca información y estimulo intelectual en el ateísmo. Gustan de debatir y discutir, sobre todo en los sitios más populares de Internet donde los ateos son bienvenidos. Por lo general, son versados en libros y artículos sobre la religión y ateísmo y tienden a citar estos trabajos a menudo. Generalmente saben más acerca de la Biblia que la gran mayoría de creyentes.
Activista.
Esta clase de ateos y agnósticos no se contenta con sólo no creer en Dios, quieren decir al resto porqué se niegan a la religión y por qué piensan que la sociedad sería mucho mejor si todos siguiéramos su ejemplo. Tienden a pronunciarse sobre las causas políticas, tales como derechos de los homosexuales, el feminismo, el medio ambiente y la protección animal. Las personas religiosas a menudo los llaman radicales porque expresan su opinión, pero se olvidan de que son tanto o más que las propias.
Agnóstico Hincha.
Este grupo está compuesto por personas que no están seguros acerca de la existencia o no existencia de un ser supremo, pero tienen una mente abierta y reconocen los límites del conocimiento y la experiencia de la especie humana. Christopher y Thomas describen a este grupo como la gente que suele cuestionar sus propias creencias y que “no tienne una posición ideológica firme“. Esto no quiere decir que estén confundidos, dicen los investigadores, pero tienden a abrazar la incertidumbre.
Antiteista.
Este grupo manifiesta su oposición a la religión y las creencias religiosas, a menudo posicionándose como “diametralmente opuestos a la ideología religiosa”, explica Christopher y Thomas. Los antiteístas asocian la religión con ignorancia y creen que cualquier persona o institución asociada con ella es retrógrada o perjudicial para la sociedad. Los antiteístas tienen una comprensión clara de las limitaciones y el peligro que las religiones pueden representar. Lógico que para defender este punto de vista, esta gente es franca, fieles y, en ocasiones beligerante acerca de su posición. Piensan que las evidentes falacias de la religión deben ser abordadas agresivamente.
No teísta.
El grupo más pequeño entre los seis son llamados los no teístas, formados por personas que no están involucradas con cualquier religión o contra la religión. El caso es que el no-teísta simplemente no se relacionan con la religión en sí, es decir, la religión no juega ningún papel o un problema en la conciencia o visión del mundo de esta persona ni tiene ninguna preocupación por el movimiento ateo o agnóstico. Los autores dicen que la mayoría son casos de apatía o indiferencia, pero, en mi opinión, creo que están muy equivocados: es el grupo más pequeño, ya que, en general, esta es una etapa de transición entre la creencia y cualquiera de estos grupos .
Ateo ritual.
No creen en Dios, no se involucran con la religión y con frecuencia piensan que hay vida después de la muerte, esta clase de no creyentes se adhiere a las enseñanzas de algunas tradiciones religiosas. Las entienden más como enseñanzas filosóficas sobre cómo vivir y alcanzar la felicidad que como un camino hacia la liberación trascendental. Por ejemplo, estos individuos pueden participar en rituales específicos, ceremonias, oportunidades musicales, meditación, clases de yoga o días festivos tradicionales. Para muchos de estos incrédulos, su participación en estos rituales puede deberse a las tradiciones familiares. Para otros, se trata de una relación personal con el “profundo simbolismo” inherente a los rituales, creencias y ceremonias religiosas, dicen los autores.
Como sabemos, una de las razones que llevaron a Lutero a emprender la llamada Reforma Protestante, fue la situación que privaba a la Iglesia Católica en lo que se refiere a las indulgencias para el perdón de los pecados, a través del cual la curia se convirtió en una especie de mercado, en el cual los perdones eran comprados con bienes de lujo, concesiones políticas y una largo etcétera. En respuesta, la Iglesia condenó el hecho, pero sólo en ‘teoría’, ya que incluso ahora la práctica persiste, aunque disfrazada.
Un ejemplo de ello fue la reciente oferta hecha por el papa Francisco sobre la posibilidad de ganar indulgencias plenarias a cambio de seguir en Twitter las actividades del vaticano.
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